Integral, pero, ¿por qué?
Desde hace unas décadas nos hemos ido cuidando más, ¡y eso es algo fantástico! Sin embargo, existen ciertas costumbres o pautas marcadas en la sociedad con respecto al consumo de según qué alimentos.
Una de ellas es el consumo de los alimentos integrales, pero, ¿sabemos cuál es la razón? ¡Os la explicamos a continuación!
Modificar vs. Respetar
Alimentos como la fruta o el pan se hallan en el medio natural en un determinado estado que hasta hace unos años casi siempre era modificado antes de su consumición por nosotros los humanos. Un caso muy representativo de ello puede ser el pan blanco, un pan que ha sufrido una serie de procesos industriales con el fin de ser más apetecible para el consumo general (sobre todo relativo a grandes núcleos urbanos).
No obstante, recientemente se ha comenzado a consumir de forma masiva este tipo de producto de forma natural, respetando ingredientes como el salvado, las semillas y demás elementos que naturalmente este contiene, pero que antes eran retirados del producto final a consumir. Este mismo proceso está sucediendo con otros muchos alimentos, y esto está instaurando gradualmente una cultura de los productos integrales.
¿Solo para cuando los necesitas?
En determinados momentos de la vida existen circunstancias que por azar hacen cambiar nuestro ritmo o tránsito intestinal. Es entonces cuando son muchos los que acuden a estos alimentos integrales confiando en que estos mejorarán sus síntomas e incluso solucionarán el problema, y en cierto modo tienen razón.
No obstante, la filosofía que mejor se aplica a esta historia es la del clásico “más vale prevenir que curar”. Y en esas estamos, por ello el consumo de alimentos integrales se recomienda durante todo el año, siempre con moderación, pero sin ausencia de estos.